Energía Almacenada en un Inductor
Los inductores son componentes electrónicos pasivos que almacenan energía en su campo magnético cuando una corriente eléctrica fluye a través de ellos. Se utilizan frecuentemente en circuitos eléctricos y electrónicos para oponerse a los cambios de corriente, filtrar señales y almacenar energía. Un inductor típicamente consiste en una bobina de alambre conductor, que puede estar enrollada alrededor de un núcleo de aire, ferrita u otro material magnético.
La propiedad clave de un inductor es su inductancia (L), que es una medida de su capacidad para oponerse a los cambios en la corriente. La inductancia se mide en henrios (H) y depende de factores como el número de vueltas en la bobina, la geometría de la bobina, el espaciado entre las vueltas y el material del núcleo (si lo hay).
Energía Almacenada en un Inductor
La energía almacenada en un inductor se debe al campo magnético creado por la corriente que fluye a través de él. A medida que la corriente a través del inductor cambia, el campo magnético también cambia, y la energía se almacena o se libera. La energía almacenada en un inductor se puede expresar como:
W = (1/2) * L * I2
donde:
- W = Energía almacenada en el inductor (julios, J)
- L = Inductancia del inductor (henrios, H)
- I = Corriente a través del inductor (amperios, A)
Esta fórmula muestra que la energía almacenada en un inductor es directamente proporcional a su inductancia y al cuadrado de la corriente que fluye a través de él. Si la corriente a través del inductor es constante, la energía almacenada permanece constante también. Sin embargo, cuando la corriente cambia, la energía almacenada en el campo magnético también cambiará, lo que puede llevar a que la energía sea absorbida o liberada por el inductor.
Los inductores almacenan energía en su campo magnético, lo que los hace útiles en varias aplicaciones, como sistemas de almacenamiento de energía, convertidores de CC-CC y reguladores de conmutación. En estas aplicaciones, los inductores trabajan en conjunto con otros componentes, como capacitores y diodos, para almacenar y liberar energía, ayudando a mantener un voltaje o corriente de salida estable.
Analogía Hidráulica
La analogía hidráulica, o la analogía eléctrico-fluido, es una analogía ampliamente utilizada entre la hidráulica y la electricidad, que es una herramienta útil para la enseñanza y para aquellos que luchan por entender cómo funcionan los circuitos. También se puede aplicar a problemas de transferencia de calor.
Dado que la corriente eléctrica es invisible y los procesos en juego en la electrónica a menudo son difíciles de demostrar, los diversos componentes electrónicos se representan mediante equivalentes hidráulicos. La relación entre voltaje y corriente se define (en dispositivos óhmicos como resistencias) por la Ley de Ohm. La Ley de Ohm es análoga a la ecuación de Hagen-Poiseuille, ya que ambas son modelos lineales que relacionan el flujo y el potencial en sus respectivos sistemas.
La electricidad (así como el calor) originalmente se entendió como un tipo de fluido, y los nombres de ciertas cantidades eléctricas (como la corriente) se derivan de equivalentes hidráulicos. El voltaje es como la diferencia de presión que empuja el agua a través de la manguera. Se mide en voltios (V).
La corriente es equivalente a una tasa de flujo volumétrico hidráulico; es decir, la cantidad volumétrica de agua que fluye con el tiempo. Generalmente se mide en amperios. Cuanto más ancha es la tubería, más agua fluirá a través de ella. Se mide en amperios (I o A).
Los inductores son equivalentes a una rueda de paletas pesada colocada en el flujo del fluido. La masa de la rueda y el tamaño de las palas restringen la capacidad del agua para cambiar rápidamente su tasa de flujo (corriente) a través de la rueda debido a los efectos de la inercia, pero, con el tiempo, un flujo constante pasará mayormente sin impedimentos a través de la rueda, ya que gira a la misma velocidad que el flujo de agua.

